GLOBALIZACIÓN Y DIVERSIDAD

La primera globalización neoliberal-según el académico Heinz Dieterich- se inició justamente hace 509 años el 12 de octubre de 1492 cuando los europeos llegan a nuestras tierras y deciden reestructurar el botín de El Dorado.

La segunda globalización es la actual en la que se disputan entre los grandes, la apropiación de las fuentes de las cuatro materias primas principales de la economía del tercer milenio: el oxígeno, la biodiversidad, el agua dulce y el petróleo. para buena y mala suerte, nuestro país en particular y nuestra Abya-Yala en general son exuberantemente ricos en todo esto.

En lo que respecta al oxígeno, la Amazonía es la que produce más del 40% del total existente en el planeta. Para la lógica económica neoclásica -que ha convertido todo bien en mercancía- es un absurdo que todo el mundo respire gratis. Con esta lógica quien tenga el control de la fuente del 40% de oxígeno del mundo, tendrá asegurada totalmente una renta en el futuro.

Se considera que la biodiversidad existente en la Amazonía, en los Andes y en las costas de América Latina es la mayor del mundo, que casi el 30% del agua dulce renovable está en Abya Yala y de ésta la gran mayoría la poseen el Amazonas y sus afluentes.

El Plan Colombia, implementado por los EE.UU. con la finalidad soterrada, de acabar con la narcoguerrilla y eliminar los cultivos de coca mediante la fumigación masiva con glifosfato, tiene como objetivo indudable apropiarse de las mayores fuentes de agua dulce existentes.

En el mundo existen 1300 millones de personas bajo el umbral de la pobreza absoluta, 70% son mujeres. En nuestro país según UNICEF más de ocho millones de entre doce están en esa situación. La diferencia entre los países ricos y los países más pobres era alrededor de 3 a 1 en 1820, de 35 a 1 en 1950, de 44 a 1 en 1973 y de 72 a 1 en 1992 según el PNUD.

Poco a poco diez multinacionales en el mundo se han ido apropiando de todo el planeta y para que esto sea más fácil, se han inventado sus propias leyes e instituciones tales como el ALCA, la OMC. Con ellas poco a poco el mundo entero estará patentado a nombre de estas multinacionales.
Para allá vamos, pues diez empresas en el mundo controlan el 47% del mercado mundial de fármacos, dos empresas mayores controlan el 34% del mercado de agroquímicos, y diez de las más grandes tienen el control del 84% de agroquímicos y el 30% de semillas del mundo. Cinco empresas controlan la agro biotecnología.

La biodiversidad está en peligro ya que se intenta modificar genéticamente a todos los alimentos para alcanzar grandes rendimientos y sobre todo tratan de lograr que las plantas sean resistentes a plagas y herbicidas poniendo en grave riesgo las semillas locales.
Lo más grave es que se está manipulando la simiente para que de estas plantas no vuelvan a producir más semillas sino que todas ellas se generen en laboratorios de los diez grandes monstruos de la alimentación y la farmacéutica. El mercado se va consolidando como el fin y el medio de la acumulación capitalista al mismo tiempo.

Es deprimente constatar como nuestros campesinos indígenas y no indígenas se vuelven cada vez más dependientes de las llamadas semillas certificadas, de los herbicidas, fungicidas... del dólar. ¿Cuántas variedades de maíz, de papa, de quinua ya no existen? Y concomitantemente con esto se pierden frutos de gran valor nutricional como la mashua, el amaranto, la oca, la papa china. ¿Por qué tienen que globalizarnos hasta en la alimentación y nos homogenizan con alimentos chatarra? La pérdida de la diversidad es una de las fatales consecuencias de la llamada globalización.

Normalmente a esta grosera forma de dominio y expoliación se denomina últimamente globalización, modernización, libre mercado, democracia. Y es que el capitalismo busca camuflarse aún semánticamente y aparece como único capaz de crear el bienestar en el mundo. Claro que para él el mundo lo integran los países del G8, el FMI, el Banco Mundial, la OMC, la OTAN, y el bienestar se mide por la ilimitada capacidad de consumir. El consumismo es la meta... y cómo se siente en estos países su fuerza!. Por cierto nosotros también estamos cercados por el consumismo: con-su-mismo pantalón, con-su-mismo anaco, con-su- mismo poncho....