CENTRO DE FORMACION DE MISIONERAS INDIGENAS DEL ECUADOR EN PUCAHUAICO, PROVINCIA DE IMBABURA
"ME SIENTO UNA PARTE PEQUEÑITA PERO VIVA DE LA IGLESIA"

Pucahuaico Tal como su fundador, Monseñor Leonidas Proaño, el Centro de Formación de Misioneras Indígenas del Ecuador quiere ser esto: "una parte pequeñita, pero viva de la Iglesia".

El Centro de Formación de Misioneras Indígenas ha estado al servicio de la mujer indígena en las dos vertientes que fueron siempre los ejes de preocupación de Mons. Proaño: la Iglesia India y el Pueblo Indio.

El Centro ha sido un lugar de encuentro y de convivencia de jóvenes indígenas en búsqueda de una vida comunitaria y de una lectura de la Palabra de Dios como mujeres y como indígenas; esto ha exigido un conocimiento de la Cultura Indígena y de las raíces históricas que sustentan a nuestros pueblos originarios. Por estos caminos hemos llegado al descubrimiento de una espiritualidad indígena con toda la riqueza de su dimensión cósmica, comunitaria y de vinculación permanente con Dios.

En diversos encuentros hemos profundizado en lo que representa para el pueblo indio la Madre Tierra, la que sustenta, sostiene, alimenta, sana, da descanso, reconforta... re-crea.
En fidelidad a la Madre Tierra hemos tratado de conservar la alimentación ancestral tan equilibrada y tan nutritiva. Hemos experimentado las más variadas recetas con los frutos de la tierra.

La Medicina Indígena ha sido motivo de experimentación permanente: el conocimiento de las hierbas medicinales, que muchas veces son aquellas que llamamos "mala hierba", la diferencia entre hierbas frescas y calientes y su aplicación a diferentes tratamientos; la "limpia" con hierbas, con huevos, con cuyes, etc.

Hemos experimentado la alegría del trabajo comunitario en la tierra, la minga de la siembra y la cosecha y el compartir de la comida en la mitad del día para reponer las fuerzas.

Y hemos vivido la comunidad hacia adentro: comunidad de oración, comunidad de búsqueda para un mejor servicio, comunidad de bienes y de dones, comunidad para satisfacer entre todas las necesidades de todas, para ayudarnos a crecer en responsabilidades y en amor fraterno...

angel Espiritualidad Indígena
Y nos hemos iniciado en la búsqueda de la espiritualidad indígena... un espacio desafiante, atrayente, cuestionador, lleno de interrogantes y de "vida en abundancia".

El camino de la espiritualidad indígena se nos allanó con la profundización de la espiritualidad de Mons. Proaño, había hecho en su vida la síntesis entre Jesucristo y la vida de los indígenas empobrecidos aunque ricos en "espíritu y en verdad".

Dentro de esta espiritualidad un elemento muy importante es la solidaridad, entendida como un servirse y ayudarse entre iguales, sin paternalismos, sin crear dependencia, sin dejar en ninguno la sensación de estar en deuda con el otro. Y esta solidaridad se hizo manifiesta con las comunidades que se vieron forzadas a luchar por el derecho a la tierra; con las víctimas de accidentes y desastres; con los aquejados de diversas enfermedades y problemas.

Mujer Indígena
En el camino de la solidaridad nos encontramos en algunas comunidades con las mujeres indígenas que escucharon resonar en su corazón la voz de Jesucristo: mujer, a ti te digo: ¡levántate!.

Con esta motivación fundamental se inició el trabajo con mujeres indígenas de parte de la Fundación Pueblo Indio del Ecuador en unión con el Centro de Formación de Misioneras Indígenas del Ecuador.

Este trabajo ha buscado unir lo político-organizativo con la reflexión de la Palabra de Dios, en fidelidad al legado de Mons. Leonidas E. Proaño.

Las mujeres indígenas iniciaron la organización con una toma de conciencia de que era urgente despertar y unirse, la mujer indígena fue entendiendo que ella también se encontraba dejada de lado y que era necesario salir a la calle, buscar espacio hasta "tocar" a Jesús que pasa en medio de la gente, para que le sane de las enfermedades y problemas que desangran las comunidades y particularmente a las mujeres.

Las primera voces de la Mujer Indígena
"NOS ORGANIZAMOS PORQUE SOMOS POBRES, PORQUE NOS TIENEN APARTE, A UN LADO, PORQUE TENEMOS ALGUNAS ENFERMEDADES".

"NOS ORGANIZAMOS PARA DEFENDER LA VIDA Y BUSCAR LA COMIDA". Las organizaciones de mujeres indígenas tienen entre sus objetivos la realización de un trabajo comunitario que les traiga como resultado algunos ingresos para mejorar las condiciones de vida.

Y han aprendido a manejar los recursos con toda responsabilidad, porque los bienes comunitarios son sagrados. Además, han encontrado luz y fuerza en la Palabra de Jesús que dice: "EL QUE SE MOSTRÓ DIGNO DE CONFIANZA EN COSAS SIN IMPORTANCIA, SERÁ DIGNO DE CONFIANZA TAMBIÉN EN LAS IMPORTANTES...".

Derechos Indígenas
Las mujeres organizadas, junto con la lucha por una "liberación económica" han participado en la lucha por los Derechos de los Pueblos Indios ya sea en la Asamblea Constituyente Provincial de Imbabura, o, en la Asamblea Constituyente Popular de Quito, a donde llevaron propuestas propias de mujeres indígenas vinculadas a la tierra por lazos de filiación, educadoras de sus hijos en los valores de su cultura y defensoras de lo esencial de la cultura.

Con estas organizaciones se constituyó una COORDINADORA que tomó el nombre de CAYETANA FARINANGO, en recuerdo de la mujer indígena, de San Francisco de Cajas, que entregó su vida el 13 de noviembre de 1990, durante "el violento desalojo" de la toma de posesión de las tierras.

Esta Coordinadora es heredera de la lucha por la tierra, por eso su preocupación por la defensa de los Derechos de los Pueblos Indios y, de otro lado es heredera de la espiritualidad de Mons. Leonidas Proaño, quien inspirado en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo consagró su vida a contribuir a la liberación del Pueblo Indio.

Lo que ha podido ser un motivo de triple discriminación: mujer, indígena y cristiana, se está convirtiendo en fuente de lucha, de identidad y de esperanza.

Celebración del Aniversario
La celebración de cada Aniversario de la Muerte y Resurrección de Mons. Proaño es la fiesta mayor que congrega varias comunidades indígenas y seguidores de diferentes lugares. Es un día de compartir la Eucaristía y la mesa, de participar de la alegría del festival artístico y musical y más que nada de constatar que aunque "Un mal Agosto nuestro sol/ a medio día anocheció" y "después del llanto y el amén/ debimos despedirnos de él:/ Adiós Hermano Colibrí/ adiós Proaño yaraví", tenemos la certeza de que: "nos volveremos a encontrar/ viviendo la comunidad".

Quizás el Centro aún no ha llegado a realizar a cabalidad el sueño de nuestro Soñador, pero la semilla está echada... y habrá "más árboles y más frutos y más fecundas semillas..."

Nelly Arrobo Rodas.
DIRECTORA ACADÉMICA.